Tarde o temprano, cualquier uso y costumbre con el tiempo y la generalidad se convierte en regla o ley. En muchas ocasiones obedecen a la necesidad, otras tantas al gusto y en gran parte a la practicidad y los recursos. Así pasan los años, las décadas y las centurias, con lo que en el trascurrir del tiempo se pierden las razones, se olvidan y simplemente se acatan como verdad absoluta. Pero lo que fue impuesto y usado hace 500 años ¿tiene vigencia hoy en día?, ¿es práctico y necesario?, o sólo nos llena de nostalgia.
El transcurrir del tiempo lo cambia todo y en ciertos puntos debemos de hacer una reflexión y revisión de las reglas que seguimos y bajo las que nos manejamos. Como seres evolucionamos, como comunidad evolucionamos y con la evolución las necesidades y formas de satisfacer éstas también. Nuestra forma de ver el mundo, de describirlo y representarlo no es la misma que pudo ser durante la Edad Media.
En la ortotipografía encontramos uno de estos casos. Conjunto de reglas (que más bien eran usos y costumbres de ciertas regiones) con las que se rige la escritura por medio de elementos tipográficos en cada lengua. De lo cual se entiende que es una mezcla de ortografía y tipografía. Siendo la forma correcta de representar la ortografía en la obras impresas.
De esta forma existen gran variedad de manuales de ortotipografía, los cuales son usados hoy en día, pero que datan desde hace cientos de años. Y por lo cual debemos de tener mucho cuidado, ya que en ocasiones variantes de algún manual es usado para el español, sin saber si fue hecho bajo las bases ortográficas de este idioma u otro. Esto debido a principalmente a como surgió y creció la imprenta y el oficio de impresor en Europa y su posterior expansión al resto del mundo. Debemos de recordar que muchos de los estilos y normas fueron impuestos y traídos por los impresores alemanes e italianos. Donde en un principio se hacían los libros en español. Así que, de acuerdo al impresor, se generaron manuales y formas de trabajar. Uno de ellos Ortotypographie, de Jerónimo Hornschuch, publicado en latín en Leipzig en 1608.
Debemos de tener cuidado al implementar reglas de tipografía en nuestra labor y asegurarnos que sean las correctas para nuestro idioma. Tratar de no tener como base libros o manuales que fuesen creados para otra lengua, al mismo tiempo usar el sentido común y la razón para recuperar y actualizar su uso. Recordando que muchos de los manuales de hoy en día son una recopilación de reglas y estilos antiguos. No obsoletos, pero que podrían requerir revisión y depuración. Ya que algunos usos fueron implementados por las dificultades técnicas de representar y distinguir tipos y signos.
Es posible que en la labor del día a día y fuera de textos científicos y traducciones, el uso de la ortotipografía sea escaso, pero no por ello menos importante. Ya que no son sólo reglas para preservar la buena presentación y correcto uso de la tipografía, sino que además conservan la riqueza y exaltan la belleza de nuestro idioma.
Ejemplos:
Comillas
Las comillas son signos tipográficos empleados para destacar palabras o frases. En español se utilizan tres tipos de comillas:
· latinas, españolas o angulares (« »)
· altas o inglesas (“ ”)
· alemanas („“)
· simples (‘ ’).
En general, este signo se emplea en las siguientes situaciones:
a) Cuando se reproducen citas textuales:
Raúl dijo: «El reloj se detuvo».
b) Para destacar una palabra o frase con un significado distinto al común, impropia o extranjera, o para denotar ironismo:
Es la «estrella» del espectáculo.
El «deadline» se fijó durante la junta.
c) Cuando se habla de una palabra en particular:
La preposición «ante» se emplea para decir que algo está «delante de» o en «presencia de».
d) Para citar títulos:
Leí «Estas ruinas que ves» de Jorge Ibargüengoitia.
e) Al indicar el significado de una palabra:
«Colocho» significa «persona de pelo rizado».
Las comillas típicas del español son las latinas, también llamadas españolas o angulares (« »), principalmente usadas en España. En Latinoamérica se utilizan poco, se prefieren las inglesas, que además, al estar incluidas en el teclado se han vuelto más comunes.
Las altas o inglesas (“ ”) se emplean cuando se incluyen citas dentro de una frase ya entre comillada con las primeras. Las comillas simples se utilizan para encerrar significados o aclaraciones sobre el sentido de un término o frase.
Cada comilla tiene un uso específico al momento de requerir la aparición de todas en una sola oración. Así, es preferible abrir y cerrar con las comillas angulares y dejar las inglesas y simples para entrecomillar texto dentro de un texto ya entrecomillado. El orden sería: « “ ‘ ’ ” », por ejemplo:
«El Maestro nos dijo: “Einstein una vez aseveró que ‘hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad’, después de ver largo rato por la ventana”».
Actualmente, en algunos casos se utiliza la letra cursiva, en lugar de las comillas, para diferenciar textos, como en el caso de títulos de obras o vocablos extranjeros.
Forma errónea:
1. Juan dijo: “Este “laburo” me tiene frito”.
2. Resolvió la cuestión in situ.
3. Fui a ver La guerra de las galaxias.
Forma correcta:
1. Juan dijo: «Este “laburo” me tiene frito».
2. Resolvió la cuestión “in situ” / Resolvió la cuestión in situ.
3. Fui a ver “La guerra de las galaxias” / Fui a ver La guerra de las galaxias.
Recomiendo
Le Comte, Christian. Manual tipográfico, Bueno Aires Argentina. Ediciones Infinito. 2004.
Real Academia Española. Ortografía de la lengua española, Madrid, Espasa Calpe.
Olsen, María, Zorrilla, Alicia. Diccionario de los usos correctos del español, Buenos Aires, Estrada. 1996.
De Buen, Jorge. Manual de diseño editorial, México. Santillana. 2003.
manual1 (Javier Bezos)
http://imaginandoaikaro.blogspot.es/img/Ortotipografia.pdf
manual2 (Isabel Veloso)
http://imaginandoaikaro.blogspot.es/img/Ortotipografiacom.pdf
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